Reseña: Darmage - El Gran Titán

Cuerpo a tierra, chavales. Cañonazo thrasher-groovero que vuela directo desde Zaragoza a nuestras cabezas. Darmage, banda creada en 2008, vienen a dejar esto hecho unos zorros. En este, su tercer trabajo, la banda formada por Pablo Buey (Voz), Luis M.(Guitarra), Fede (Bajo) y Daniel Rodrigo (Batería), viene más cabreada que nunca. ¿Con quién?¿Conmigo? No, hombre... con todo el puto mundo. Sabéis que en La Poza (lo digo siempre, así que si no lo sabéis, es que no nos leéis todo lo que deberíais) nos mola mucho la figura de la "banda invitada" salvo que seas la banda del sobrino de Steve Harris y toques en un estadio con Iron Maiden por enchufe. Así fue como descubrimos a Darmage, con Alex Irongirl viendo como abrían una noche brutal con Crisix y Bellako (ya puestos, prestad atención al nuevo de Bellako que sale prontito).



Tras todo esto, Darmage vienen con El Gran Titán, un disco con siete cañonazos de puro metal además de su intro de rigor, con un sonido como si vinieran de las Américas pero con acento maño. 'El Gran Titán' ha sido grabado, mezclado y masterizado en Theocide Studios por Lucas Toledo. La portada ha sido obra del artista Gustavo Sazes. El disco es un buen ejercicio de Metal extremo, crudo y potente, que no inventa la rueda, pero cunde de sobras y tampoco se puede decir que sea un copia-pega de sus influencias pues, con el paso del tiempo, Darmage han logrado darle un aroma personal a sus composiciones.

Tras la intro Rebilcanza, que nos va poniendo en situación, nos invade la máquina riffera con Ya No Eres Nadie, un tema thrasherote con un estribillo de corte épico que fijo que triunfa en sus directos, a lo largo del tema (y del disco entero), Pablo se desgañita con una voz muy desgarrada, aportando su dosis de fuerza a un tema potentorro. Le sigue Paranoico, uno de mis temas favoritos, en el que juegan con la voz para aportar carácter a la temática del tema y donde la sección rítmica de la banda luce su potencial de forma brillante, acompañando un muy buen riff. Notable también ese cambio de ritmo a mitad de canción, variando el riff y sin perder pegada, gran tema. El tema título, machacón, con Daniel destrozando los parches con una pegada brutal junto a un buen juego de guitarras y ritmos variados, y El Eterno Emérito, tema frenético y trepidante, con los 4 miembros luciendo bien sus cualidades, dejan paso a Invencibles, que para mi es la joya del disco, con su arrance a toda velocidad, un ritmo machacacuellos y un estribillo condenado a triunfar en sus directos.


Darmage no son los músicos más virtuosos del lugar pero, por lo que desprende este Gran Titán, tampoco es su intención, ellos buscan otra cosa, buscan machacar tu cuello y generar mosh pits en conciertos de esos sudorosos y oscuros, con la gente dándose hostias como panes desde que saltan a las tablas hasta que entonan el último "gracias!". Nos acercamos al final con La Cura, un tema groovero, en el que buscan encontrar la cura a la estupidez de la gente (me mola la letra, chavales) y cerramos con Infinito, otra buena dosis de Thrash en el que bajo y batería, estrellas indiscutibles del disco, vuelven a lucir su capacidad de sacarse un buen juego de ritmos de la manga.

En fin, Darmage, sin inventar la rueda, han venido a dar una somanta de leches sobre la mesa hasta dejarla hecha unos zorros. Los zaragozanos han parido un disco potente, sin florituras ni tonterías y con una buena producción, que ayuda a que entre mejor. Su corta duración (34 minutos) es la justa y necesaria para que la escucha se haga amena y no acabe saturando al oyente. Un disco con aire a directo y sin complicaciones. Bien por Darmage.

Reseña también publicada en Dioses del Metal.

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